Según
los expertos, la humildad como virtud consiste en el conocimiento y
aceptación de las propias fortalezas y debilidades, sin vanagloriarnos
por ello.
Aprovechemos
estos momentos de fiestas para comprometernos con los demás, dedicando
un espacio especial con dinámicas explícitas para compartir en familia, y
fomentar la humildad en los niños.
Aquí compartimos tres ideas para poner en práctica:
1. Realizar dibujos dedicados: Preparen
dibujos navideños simples personalizados en familia, decoren con
materiales preferidos del niño y peguen un sorbete de papel con cinta
adhesiva por detrás. Luego, cada uno de ellos deberá estar dedicado para
las distintas personas que han trabajado y ayudado para pasar estas
fiestas familiares. Agradezcan y destaquen, por ejemplo, a quien se
encargó de cocinar para todos, a quienes brindaron su hogar para poder
reunirse, a quienes lavan y acomodan la mesa.
Esto permitirá fomentar la humildad en los niños compartiendo un momento especial de amor junto a todos tus seres queridos.
2. Agradecer: Elijan
uno o varios símbolos preferidos junto a los niños. Por ejemplo, un
sol, una estrella, un árbol navideño, un corazón. Decoren varios y
repartan a los invitados de estas fiestas, cada uno tendrá que escribir
un agradecimiento y pegarlo en un afiche para compartir.
Es
una linda dinámica para enseñar humildad a los niños y pasar un
momento, de reflexión y serenidad escribiendo un simple: “Gracias por…”
Antes de pegarlo en el afiche pueden leerlo y compartirlo en voz alta para todos.
2. Yo soy: Dibujen la silueta de la propia mano en una hoja de dibujo color blanco. Luego en el centro escriban yo soy… piensen y elijan cinco fortalezas o virtudes que posean. Escriban una fortaleza o virtud en cada dedo de la mano.
Después
realicen el mismo procedimiento con defectos o debilidades (del otro
lado de la mano). Ahora sí, ¡estamos listos para decorar!
Una sencilla dinámica para fomentar la humildad en los niños y aprender a conocernos un poquito más desde pequeños.
La
humildad es la cualidad más valiosa de cualquier persona, porque nos
enriquece permitiéndonos conocernos profundamente a nosotros mismos y
aceptar al otro en nuestro corazón, ¡siempre!
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